Para ti, que estás viviendo algo que nadie debería vivir
Denunciar puede dar miedo. Pero también puede ser el primer paso hacia tu recuperación. Hay personas, instituciones y redes que existen para protegerte, para escucharte sin juzgarte, para ayudarte a salir de ese lugar oscuro. No tienes que hacerlo todo de una vez. Basta con un pequeño paso: hablar con alguien de confianza, buscar información, acercarte a una organización que apoye a víctimas.


Tu valentía no se mide por lo que haces en público, sino por lo que sobrevives en silencio. Y tú ya has demostrado una fuerza inmensa. Ahora mereces vivir sin temor, sin violencia, sin cadenas.
Cuando estés lista, da ese paso. Y si aún no lo estás, está bien. Solo recuerda esto: mereces amor, respeto y seguridad. Siempre.



